martes, 11 de abril de 2017

España, ese gran país...

Donde opinar de todo sin saber de nada es la norma general.

Donde las personas se movilizan más por un mal arbitraje que por la corrupción.

Donde importa más el que dirán que lo que quieres hacer.

Donde es mejor depender de otros que la autosuficiencia.

Donde las etiquetas prevalecen a las ideas, etiquetar mejor que argumentar.

Donde las penas de telediario condenan más que los jueces.

Donde la igualdad se convierte en desigualdad.

Donde los debates de basan en dejar mal al contrario y no en el contenido.

Donde la corrupción solo es mala cuando no es la nuestra.

Donde al conflictivo se premia más que al que cumple las normas.

Donde es costumbre quejarse por todo pero no hacer nada por cambiarlo.

Donde el que lo haga otro es la norma general.

Donde la legítima defensa acaba en cárcel.

Donde los que gritan parecen tener más razón que los que saben mantener las formas.

Donde se valora más el físico que a los conocimientos.

Donde se infravalora nuestra propia historia.

Donde la moralidad solo existe en los que piensan como tu.

Donde el patriotismo se asocia con tradiciones de dudoso proceder y fascismo.

Donde importa más el dinero que ganas a lo que haces o eres.

Donde el trabajo realizado por los de abajo se vende como hecho por los de arriba.
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Donde la hombría es inversamente proporcional a cuanto más bebas.

Donde el feminismo se convierte en odio hacia el hombre.

Donde no se llega a fin de mes pero los bares siguen llenos.

Donde si la vida te va mal siempre la culpa es de otros.

Donde se espera recibir sin dar nada a cambio.

Donde el ecologismo se asocia al perroflautismo.

Donde se apropian de territorios comunes como propios.

Donde la telebasura consigue las mayores cuotas de audiencia.

Donde el sobre-proteccionismo hace que los hijos no sepan buscarse la vida.

Donde el aparentar ser es más importante que serlo realmente.